GRANDES ILUSIONES



En Sarita esta fase llega con grandes sueños e ideales; quizá un poco más reflexiva, da una mirada restrospectiva a su corta existencia y toma conciencia clara de su compromiso como esclava de María; siente que está llamada a dar una respuesta más generosa a Dios, para lo cual consagra a Jesucristo todos sus deberes diarios, es así como elabora un plan de vida, organizado dentro de un reglamento en el que distribuye su tiempo; también se propone trabajar seriamente algunas virtudes cristianas: la pureza, la obediencia, la modestia, la paciencia y la caridad.

Comienza a escribir en su diario espiritual todos los movimientos de la gracia en su alma. Del año 1927 datan sus primeras notas.

 

Sale del Colegio con gran certidumbre, no tiene definida su vocación, ahora tiene dos posibilidades: entrar como monja de clausura o quedarse en la familia para ayudar a la educación de sus sobrinos mientras ve clara la voluntad de Dios, pues teme el fracaso por su falta de salud.