PINCEL EN LAS MANOS DE DIOS

Bajo la sombra de la cruz se abren horizontes a un largo caminar. María Sara conoce muy bien la realidad del momento histórico que le corresponde vivir, especialmente las necesidades del gremio o grupo de personas dedicadas al servicio doméstico, la situación en que se encuentran estas mujeres. Su preocupación va más allá, quiere fortalecer espiritualmente la vida de quienes ingresan a la Obra.
En oración escribe: "Nuestra vida será sencilla y común a imitación de Jesús, María y José en Nazareth. Vida escondida de oración y de trabajo, estos dos medios emplearemos para el apostolado. Observaremos en nuestro porte una dignidad amable, una dulzura y humildad que inspire confianza pero sin familiaridad ni ligereza; llevaremos como sello de nuestra espiritualidad la presencia de Dios, ejerceremos la caridad con todos... comoe sclavas de la Santísima Virgen, tendremos como sagrado deber el cumplimiento de sus palabras, siendo Ella, profunda y sinceramente humildes" .
En una fecha como esta se encarnó el Hijo de Dios en Nazareth de Palestina y se materializó nuestra salvación; en una fecha como esta también se gestó y se encarnó a obra de Nazareth, en la ciudad de Bogotá- Colombia.
María Sara Alvarado Pontón y sus compañeras: Sofía Espinosa, Aurora Fonseca y Mercedes Gutiérrez, toman posesión de la casita de Nazareth y comienzan a trabajar por la obrita.
El 11 de mayo de ese mismo año, llega a la casa por primera vez Jesús Sacramentado, atendiendo a la petición de María Sara y sus compañeras. Es así como se inaugura el primer oratorio de la obra dedicado al misterio de la Anunciación,.
La Obra comienza su historia y su esencia es el mismo Señor Jesús, pues María Sara siempre la considera como el medio para ir a Dios y lugar de la realización de su vocación.