SU MISIÓN EN LA ORDEN

Su servicio a la Provincia San Luis Bertrán de Colombia fue intenso, primero cumpliendo, hasta brilantemente, con sus deberes de estudio en su etapa previa a la ordenación sacerdotal, después en los trabajos y cargos que le exigió la vida, en Tunja, Bogotá, Chiquinquirá, Covento del "Ecce Homo" de neuvo en Bogotá y Chiquinqurá, para terminar en Bogotá. Fue prior en varias ocasiones y en alguna ocasión vicario provincial.
Participó en Capítulos provicniales y, en nombre de la Provincia, en el Capítulo General de Roma en el año 1955. Fue consejero de Provincia, participó en consejos extraordinarios de la misma. Lo nombraron "Depositario de la Provincia" normalmente al lado de Fray Tomás María Quijano, a los que de algún modo, encomendaban la custodia de bienes que pertenecían a la institución Provincial (1953 y 1957).
Pronto empieza a destacarse como un buen y profundo predicador de ejercicios espirituales y que desde entonces esta empieza a ser su actividad principal, carisma con el que el Señor lo dotó para su Gloria y para llevar muchas almas a Él, especialmente dirigidos a comunidades religiosas.
Entrando el mes de agosto de 1952, trabaja y vive el "Primer Congreso Dominicano" reunido a porpósito de la inauguración del Convento Santo Domingo. Entre los ponenentes y animadores aparece de manera relevante el Padre Higuera, quien llegado el momento presenta dos trabajos: "La Orden de María" (segundo día del Congreso) y el otro "El rescate por el sufrimiento; las dos Hostias del Sacrificio".
En el año 1954, declarado por la Santa Sede "Año Mariano" por motivo del primer centenario de la proclamación del dogma de la Imacualda, el Padre Higuera es declarado "Predicador Mariano", por lo que dedica su tiempo a la predicación de ejercicios en su comunidad local (Convento Santo Domingo), en varias comunidades religiosas y hasta seminarios.
ÚLTIMOS AÑOS:
Al correr la segunda parte del año 1968, en su vida se opera un hecho bastante diciente: su marginación de la vida conventual.
Tras largas horas de oración y diferentes consultas con algunos religiosos, aunque con una sombra de nostalgia en la mirada, el Padre Higuera toma la decisión de pasar a habitar en "San Gregorio", la Casa General de nuestra Congregación de Dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth, ubicada en el Barrio Suba de Bogotá. Nuestro Nazareth será su lugar básico de oración, de estudio, de descanso, de apostolado hasta su partida a la eternidad. Desde allí continúa con la formación y dirección de las hermanas de nuestra Congregación, pero también su misión de predicador en varios conventos y monasterios; continúa con su silenciosa labor de confesor y orientador de religiosas y formandos, aunque ya no con la misma intensidad de años atrás, debido a su delicada salud.
Poco a poco y con la mano en el arado, se va apagando su vida terrenal, pero su alma cada vez más unida al Señor y a la Virgen María. Sus libros de oración: El Breviario y el Rosario, acompañados por una imagen de la Virgen, que lleva semiescondida en su mano izquierda.